Alan Yosueth llegó al mundo el 22 de marzo en Jamundí, y desde su primer respiro la vida le presentó un gran desafío: policitemia, una condición que afecta la médula ósea debido al exceso de glóbulos rojos. A los dos días de nacido, tuvo que ser trasladado a la UCI pediátrica. Su cuerpecito luchaba, pero no lo hacía solo.
Sus padres, Idalí Cruz y Fabio Díaz, se convirtieron en su fuerza. Mientras Alan recibía atención médica, ellos fueron acogidos por la Casa Ronald en Cali, donde encontraron descanso, contención y humanidad en medio del agotamiento emocional. Allí, pudieron reponer fuerzas, dormir con tranquilidad y mantener la serenidad necesaria para cuidar a su pequeño guerrero.
“Nos permitieron descansar un poco durante este proceso, debido a que en la clínica es demasiado difícil”, compartieron. Esa pausa, ese refugio silencioso, marcó la diferencia en su experiencia.
Una semana después, Alan fue dado de alta. Su diagnóstico sigue presente, pero hoy está en casa, rodeado de amor, como el valiente que es. Su historia es prueba de que, cuando se cuida a la familia, se potencia la recuperación del niño desde el corazón. 💛