Es bueno tener una mano amiga.

Desde el 7 de febrero del 2020, Aura Lugo llego con su hija de 1 año por un accidente que le ocurrió a la niña. Desde ese día estuvo en el Hospital Simón Bolívar aproximadamente 1 mes, en el cual conoció a la Fundación Ronald McDonald.  “Conocí una fundación que me ha facilitado muchos servicios que en el Hospital no nos permiten”. En la sala se tiene acceso a lavadora y secadora, baño con ducha y una cocina donde pueden calentar sus alimentos y guardarlos mientras que están con sus familiares. Se intenta facilitar la estadía en el hospital de los niños y padres de familia.

Al mismo tiempo, en las salas se hacen actividades para los padres que las usan. “Las actividades recreativas que nos hacen, nos permiten alejarnos un poco de la realidad de la vida que estamos viviendo. Con estas actividades despejamos un poco la mente.” Casi todas las madres que van a la sala deciden tomar los talleres y después de ellos, pueden seguir practicando o avanzando en lo que ya aprendieron.

Aura Lugo recalca que, sin la sala, el tiempo en el hospital no hubiera sido tan llevadero, “agradecida totalmente y a todos los que colaboran y hacen posible esto. Porque es difícil estar aquí sin ese apoyo. Es bueno tener esa mano amiga”.